Así como los ríos que fluyen hacia el océano hallan su descanso final y pierden su nombre y forma, del mismo modo los sabios se liberan de su nombre y forma, y se adentran en el fulgor del Espíritu Supremo, el cual es más grande que cualquier grandeza.
En verdad, aquel que conoce a Dios, se vuelve Dios.
Mundaka Upanishad.
Gracias por compartir.
ResponderEliminarNamastè _()_
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