Una vez que tengas la Visión, aunque puedan surgir en tu mente las engañosas percepciones del samsara, serás como el cielo; cuando aparece ante él un arco iris, no se siente especialmente halagado, y cuando se presentan las nuebes, tampoco se siente especialmente disgustado.
Hay una profunda sensación de satisfacción. Interiormente te ríes al ver la fachada de samsara y nirvana; la Visión te mantiene constantemente divertido, con una sonrisita interior burbujeando todo el tiempo.
Dilgo Khyentse Rimpoche.
Muy interesante,me parece haber leído un libro de él.La profundización de la consciencia que va a paso de tortuga en este colectivo.Gracias Hno de senda.
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