Lo que vio Buda fue que la ignorancia de nuestra verdadera naturaleza es la raíz de todos los tormentos del samsara, y que la raíz de la propia ignorancia es la tendencia habitual de nuestra mente a la distracción.
Poner fin a la distracción de la mente, equivaldría a poner fin al mismo samsara, y para ello, comprendió, la clave es LLEVAR LA MENTE A CASA, a su verdadera naturaleza, mediante la práctica de la meditación.