jueves, 1 de diciembre de 2011

Dios...

Así como los ríos que fluyen hacia el océano hallan su descanso final y pierden su nombre y forma, del mismo modo los sabios se liberan de su nombre y forma, y se adentran en el fulgor del Espíritu Supremo, el cual es más grande que cualquier grandeza.

En verdad, aquel que conoce a Dios, se vuelve Dios.

Mundaka Upanishad.

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