jueves, 10 de mayo de 2012

Aquí y Ahora.

La mente, acostumbrada a su propia dinámica amorfa, vaga sin control. El caótico hábito de evocar sin razon alguna que sufre continuamente el ser humano, hace que gran parte de su vida cotidiana se asemeje a la vivencia del espejismo nocturno de la vigilia. El ser humano mientras está en vigilia sueña, pues no existe en la percepción contacto con el presente y, aunque aparentemente es consciente de sí mismo y de aquello que le rodea, no controla lo que piensa, tan sólo su memoria actúa por inercia.
Así, recordar sucesos que alternativamente afloran sin control se convierte en una situación habitual y normal para el.

Esporádicamente se aferra al presente y logra así sentirse vivo. El error consiste en intentar hacer eterna la acción realizada en el presente, en vez de eternizarse fluyendo con ella. El arte de la vida consiste, entonces, en permitir a la acción aparecer en nuestra esfera congnoscitiva y soltarla para que muera sin apego ni intento de mantenerla más allá de su necesaria expectativa de vida.

Variados sistemas de pensamientos metafísicos y psicológicos en diversas culturas han denominado a esta actividad de fluir en el presente como el "Aquí y Ahora".
Permanecer en el "Aquí y Ahora", manifiesta el maravilloso don de ser conscientes de sí mismo en forma integrada con el entorno y sin diferenciar a uno del otro.

Sesha.

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